
La gingivitis es una manera frecuente de una enfermedad o patología en las encías que causa en éstas irritación enrojecimiento e inflamación, por lo que debemos tratarla de inmediato, ya que si no se trata a tiempo puede llegar a agravarse causando una periodontitis y posteriormente a la perdida de dientes.
La causa más común de la gingivitis es una mala higiene bucodental, los buenos hábitos de higiene bucal, como lo es cepillarse los dientes de forma adecuada con los productos necesarios, realizar controles dentales trimestrales, son medidas preventivas que puedes tomar ante la gingivitis.
Síntomas de la gingivitis
Una encía sana es firme y de color rosa pálido sujetadas correctamente alrededor de los dientes por lo que si ves cualquiera de los síntomas a continuación tenlos en cuenta:
- Encías hinchadas
- Encías de color rojo oscuro o en tonalidad violeta
- Encías que sangran fácilmente cuando te cepillas los dientes o usas hilo dental
- Mal aliento
- Encías sensibles
- Encías retraídas


Tratamiento de la gingivitis
El tratamiento inmediato revierte los síntomas de la gingivitis, previene enfermedades mas graves e incluso la perdida de dientes, a continuación te presentamos:
- Limpieza dental con un profesional: La primera limpieza va a consistir en eliminar los restos de placa, sarro y otros productos bacterianos llamado «raspado y alisado radicular», este procedimiento eliminara cualquier producto bacteriano, suaviza la superficie de las raíces lo que evita futuras acumulaciones de sarro y bacterias, ademas de facilitar una curación adecuada.
- Restauración dental: Si es necesario los dientes desalineados o coronas, pueden irritar las encías y dificultar la eliminación de placa durante el cuidado bucodental diario.
- Atención continua: A menudo, la gingivitis se trata con una limpieza profesional a profundidad, el dentista te ayudará a elaborar un programa efectivo de cuidados en el hogar y cronograma de control de tratamiento.

Factores de riesgo de la gingivitis
- Mala higiene bucodental
- Fumar o mascar tabaco
- Edad avanzada
- Boca seca
- Déficit de vitamina C
- Dientes torcidos o restauraciones dentales desajustadas
- Enfermedades inmunológicas
- Medicamentos como la fenitoina
- Cambios hormonales
- Genética
- Enfermedades virales o por hongos